domingo, 24 de mayo de 2009

Tomates, dulce (y sana) tentación

Aquellos que me conocen saben bien de mi pasión por los tomates.
Adoro los tomates, y nunca falta en mi mesa una buena ensalada de tomate con sal maldon y aceite de oliva virgen extra.

Cada día necesito mi dosis de tomate. Afortunadamente es un alimento maravilloso, de ahí que forma parte básica de la dieta mediterránea.

Originario de América (Perú y Méjico) y traído a Europa por los españoles, fue adoptado inicialmente por italianos en su versión amarilla (pommo d'oro - la manzana de oro), franceses y británicos, quienes lo consideraron tóxico durante cierto tiempo (las hojas y los tallos del tomate contienen glicoalcaloides tóxicos -vigilad perros y gatos si teneís jardín), hasta que a partir del siglo XVIII su consumo se hizo masivo en todas las mesas de Europa.

Hoy es sabido que el tomate combate las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y el envejecimiento gracias a su altísimo contenido en carotenos, en concreto en licopeno, un carotenoide con propiedades antioxidantes que actúa protegiendo a las células del estrés oxidativo producido por los radicales libres.

No se conoce exactamente las bases biológicas ni fisicoquímicas de estas propiedades, pero parecen directamente relacionadas con el elevado poder antioxidante del licopeno, mucho más que otros antioxidantes como la vitamina E o el beta-caroteno. Un gran número de procesos cancerígenos y degenerativos están asociados a daños oxidativos sobre el genoma y los mecanismos genéticos de control de la proliferación y diferenciación celular. El licopeno actua como un poderoso neutralizador de radicales libres (óxido y peróxido) atenuando los daños oxidativos sobre los tejidos.

El contenido en licopeno aumenta con la maduración de los tomates y puede presentar grandes variaciones según la variedad, condiciones del cultivo como el tipo de suelo y clima, tipo de almacenamiento, etc. La cantidad de licopeno en los tomates de ensalada está alrededor de 3000 µg/100g. De forma general, el contenido de licopeno es menor en los tomates cultivados en invernadero, que en los tomates producidos al aire libre durante el verano, así como también el contenido de licopeno es menor en frutos que se recolectan verdes y maduran en almacén en comparación con los frutos madurados en la tomatera.

Si podéis, intentad escoger siempre tomates ecológicos como los de I Love Food, aquí en Barcelona.

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